“The Gay Secret”
Lee con convicción, como si estas palabras las hubieras escrito tú, y más que escrito, las has pensado y las harás de ahora en adelante tu credo, las leerás a diario creyendo en lo que lees de corazón, y la vida te responderá y te devolverá la felicidad y tus sueños se harán realidad.
Hoy comienzo mi vida verdadera, los años que he vivido hasta ahora han sido sólo mis estudios sobre la vida, mis pruebas de crecimiento, hoy comienzo una vida nueva con toda la experiencia ya gana. Hoy soy conocedor de que me merezco lo mejor del Universo y el mundo en que vivo. Soy quien soy, y soy un ser perfecto, de luz y sabiduría, tengo en mis manos y en mi mente el poder de toda la creación y con ella creceré a la par que aquellos que admiro.
Soy un ser perfecto como todos los hombres de la tierra, con mis virtudes y lo que algunos llaman defectos, así sigo siendo quien soy, y quien soy es perfecto. Y si no cumplo con algunos de los estándares de belleza o físico o sociales que nos establece esta o cualquier sociedad es su mero problema, no el mío, yo soy perfecto y estoy bien como estoy.
Hoy dejo ir de mi cuerpo y mente rencores, temores y al dejarlos ir dejo también de atraerlos a mi vida, sólo hay cabida en mi para mi felicidad, para gente buena y gente que me haga crecer como ser humano. Todo lo que pienso lo atraigo, por eso todos mis pensamientos son positivos, hago bien y recibo bien, doy mucho y recibo aún más.
Mi pasado sólo me sirve para aprender de él, mi pasado no tiene poder sobre mi presente ni mi futuro, hoy creo en que soy merecedor de lo mejor del Universo, de mi mundo y eso recibo. Nadie excepto yo puede hacerme conseguir lo que quiero, yo tengo el poder para conseguir lo que quiero.
Hoy dejo el sufrimiento atrás, mi imagen de mártir, hoy me visualizo tan saludable como es posible estarlo, hoy me visualizo con todas las herramientas para triunfar en la vida y conseguir lo que quiero, viajar, conocer, enamorarme y ser bien correspondido. Hoy me veo bañándome en riquezas, tanto materiales como espirituales. Hoy soy un ser de luz, y un procreador de cosas buenas, no sólo para mi sino para todo aquel que se me acerca.
Hoy entierro mis amores fracasados, mis deudas, mis heridas físicas, mentales y del corazón, hoy las entierro para que mi alma y cuerpo estén cada día más livianos y así dejar espacio para todo lo bueno que está por venir y lo que ya está llegando.
Hoy no culparé a nadie ni de mi presente ni pasado, me quiero volver tan liviano y tan feliz como el aire, como la naturaleza, yo soy el arquitecto de mi vida y decido con mi mente y espíritu lo que quiero, y el Universo me lo da sin protestas, pues sabe que soy un ser bondadoso como lo es él.
Hoy, pido perdón por mis culpas y por mis errores, que nada ya tienen que ver con mi futuro, estos quedan en el pasado y por esto pido perdón a quienes hice daño en algún momento de mi vida pasada, prometo que he aprendido de mi pasado y no volveré a cometer los mismos errores en el futuro.
Hoy me abro a las posibilidades y a lo mejor del mundo, por que me lo merezco, por que soy tan merecedor como el resto de los considerados ricos, sabios y hermosos…soy un ser perfecto y merezco que se me abran las puertas de las oportunidades y las voy a aprovechar al máximo, por mi bienestar y el del resto del Universo.
De aquí en adelante, aunque aún no tengas todo lo que se menciona, léelo como si ya lo tuvieras, en presente.
Hoy doy gracias por lo que tengo, por mi pasado que me enseño lo que quiero y como conseguirlo, por mi presente que es quien soy de corazón y alma, y por mi futuro que ya está aquí para colmarme de bendiciones y todas las cosas y gente buena que el mundo tiene para ofrecer. Doy gracias por mi familia, mis amigos, mi trabajo y mi sueldo, mis ahorros y mis cuentas bancarias, doy gracias por mi salud, por mi hermosa y buena pareja, por mis riquezas tanto materiales como espirituales, por mis conocimientos, y por todo lo que me está llegando y llenando a diario haciendo de mi vida una próspera feliz y saludable. Hoy permito que todo lo bueno entre a mi vida y entierro de mi pasado todo lo malo y que me pueda hacer daño. Hoy soy un ser libre y rico en posibilidades, hoy doy gracias y acepto de corazón mi triunfo en la vida y mi camino eterno hacia la felicidad.
sábado, mayo 05, 2007
miércoles, mayo 02, 2007
El sexo, ¿una trampa o nuestra salvación?.
El sexo, cosa bendita que nos ha mandado el cielo para procrearnos, para enamorarnos y para relajarnos hasta los músculos que ni sabemos que existen. El sexo, ayyy gran paradoja que tiene a la Iglesia y a los Gobiernos siempre temblando en las rodillas. A veces parece tratarase del elixir de la vida, “quien controle el sexo, controlará el mundo”…y en parte así parece ser.
Y a fin de cuentas, el sexo es una misteriosa conexión entre el cielo y la tierra, entre un ángel y un diablo. Es lo que nos permite procrearnos, nos eleva a lo más alto de nuestros pensamientos, nos hace ver las estrellas y regocijarnos de éxtasis. Pero a la misma vez, parece también ser nuestra gran condena.
Tanto sociedades, como gobiernos como religiones han querido controlar nuestras urgencias sexuales, dándonos hasta manuales de cómo, cuando y donde podemos tener sexo. También nos dicen hasta con quienen. Hombres con mujeres, sólo para procreación, en la privacidad de su hogar y claro, luego del matrimonio.
Sin embargo, hombres y hombres, mujeres y mujeres, casados y solteros, por puro placer o por amor a la pareja, todos los seres humanos de la tierra en algún momento se retuercen con el mero placer del sexo. Tanto así que hasta moralistas, congresistas, sacerdotes y presidentes han sucumbido a la gran “tentación” que representa el sexo. Muchos lo hacen abiertamente admitiendo sus acciones, otros, la mayoría, hipócritamente escondiéndolas y luego predicando la moral en calzoncillos.
Entonces, si el sexo es parte de nuestra naturaleza, si cada cual al igual que escoge sus comidas, sus ropas y sus automóviles, ¿por qué el sexo, que se hace en privado, que nadie tiene por qué tener incumbencia, sigue siendo una de las cosas que más nos quieren controlar?
Y es ahí donde se nos complica el tema…ya que el sexo al igual que te puede elevar a los cielos, te puede cambiar la vida y el resto de tus días en un instante de placer. Con quién tenemos sexo y qué hacemos durante el acto es asunto de cada cual y nadie excepto los involucrados se debe meter, siempre y cuando sean adultos y sea por consentimiento propio.
Ahora, señoras y señores, el sexo de igual forma es una de las cosas más difíciles de entender, pues no para todos el sexo tiene el mismo significado. Las complicaciones que puede traer el tener sexo con alguien puede ir desde un ligero disfrute sexual sin ataduras, hasta el embarazo, el sida y hasta enredos amorosos.
Todos los homosexuales y lesbianas tenemos un peso menos encima, ya que por más que lo intentemos no podemos caer embarazados. Sin embargo, si podemos contraer enfermedades terribles como la Hepatitis B y el Sida. Además, algo que a veces no le damos tanta importancia y puede ser igual de craso para nuestra salud es las complicaciones que el sexo nos puede traer a nivel emocional.
Muchas veces, confundimos el éxtasis sexual con amor, y de ahí que muchas parejas decidan mudarse juntos y jurarse amor para toda la vida en esos primeros meses donde el placer parece regir nuestras mentes. Sobre todo nosotros los hombres, que pensamos muchas veces más con la cabeza de abajo que con la de arriba, cometemos estupideces que luego pagamos muy caro.
Para muchos, el sexo es algo que puede suceder de forma muy casual, lo que llamamos un “One night stand” o sexo de una noche, pero para otros el sexo es una entrega que va más allá de la carne y llegan pensar que están enamorados al sentir una gran conexión con otra persona.
En el mundo gay en general, el sexo es muy importante, no porque en el heterosexual no lo sea, pero por diferentes motivos y sobre todo en el mundo de hombres gay, el sexo rige gran parte de nuestra vida. Y si, no podemos negar que es una maravilla el que podamos expresar nuestra sexualidad entre hombres sin tener que seguir los protocolos y coqueteos que se esperan de una pareja heterosexual que acaba de conocerse. Conocemos a alguien, nos gusta, queremos sexo, nos vamos a la cama, a veces sin saber el nombre de nuestro contrincante.
Pero a nivel emocional ¿tenemos la misma candidez?.
El sexo es fácil de conseguir en el ambiente gay, pero en el fondo todo el mundo quiere una pareja y muchas veces confundimos una buena cama con amor hacia otra persona. Y de ahí que muchas parejas se muden juntos en los primeros tres meses y antes del año se estén separando, y de ahí que parejas que llevan años juntos se separen pues uno de ellos piense estar enamorado de un tercero con el cual tuvo buen sexo, y de ahí la condena que nos echamos al cuello cada vez que tenemos sexo y lo confundimos con otra cosa.
El sexo es bueno, es divino, puede ser tan espiritual como físico, nos puede llevar al cielo como a las puertas del mismo infierno. Lo importante es estar claro, no sólo con uno mismo, sino con tu pareja sexual del momento en qué es lo que están haciendo. El sexo puede ser lo que tú quieras, desde la liberación de tu espíritu hasta la condena de tu futuro y presente, el sexo es poder del cuerpo sobre la mente y viceversa, pero como con todo poder viene una responsabilidad para contigo y con los demás.
Mi consejo: Disfruta de tus poderes sexuales, pero no dejes que te cieguen el camino a la verdadera felicidad.
Y a fin de cuentas, el sexo es una misteriosa conexión entre el cielo y la tierra, entre un ángel y un diablo. Es lo que nos permite procrearnos, nos eleva a lo más alto de nuestros pensamientos, nos hace ver las estrellas y regocijarnos de éxtasis. Pero a la misma vez, parece también ser nuestra gran condena.
Tanto sociedades, como gobiernos como religiones han querido controlar nuestras urgencias sexuales, dándonos hasta manuales de cómo, cuando y donde podemos tener sexo. También nos dicen hasta con quienen. Hombres con mujeres, sólo para procreación, en la privacidad de su hogar y claro, luego del matrimonio.
Sin embargo, hombres y hombres, mujeres y mujeres, casados y solteros, por puro placer o por amor a la pareja, todos los seres humanos de la tierra en algún momento se retuercen con el mero placer del sexo. Tanto así que hasta moralistas, congresistas, sacerdotes y presidentes han sucumbido a la gran “tentación” que representa el sexo. Muchos lo hacen abiertamente admitiendo sus acciones, otros, la mayoría, hipócritamente escondiéndolas y luego predicando la moral en calzoncillos.
Entonces, si el sexo es parte de nuestra naturaleza, si cada cual al igual que escoge sus comidas, sus ropas y sus automóviles, ¿por qué el sexo, que se hace en privado, que nadie tiene por qué tener incumbencia, sigue siendo una de las cosas que más nos quieren controlar?
Y es ahí donde se nos complica el tema…ya que el sexo al igual que te puede elevar a los cielos, te puede cambiar la vida y el resto de tus días en un instante de placer. Con quién tenemos sexo y qué hacemos durante el acto es asunto de cada cual y nadie excepto los involucrados se debe meter, siempre y cuando sean adultos y sea por consentimiento propio.
Ahora, señoras y señores, el sexo de igual forma es una de las cosas más difíciles de entender, pues no para todos el sexo tiene el mismo significado. Las complicaciones que puede traer el tener sexo con alguien puede ir desde un ligero disfrute sexual sin ataduras, hasta el embarazo, el sida y hasta enredos amorosos.
Todos los homosexuales y lesbianas tenemos un peso menos encima, ya que por más que lo intentemos no podemos caer embarazados. Sin embargo, si podemos contraer enfermedades terribles como la Hepatitis B y el Sida. Además, algo que a veces no le damos tanta importancia y puede ser igual de craso para nuestra salud es las complicaciones que el sexo nos puede traer a nivel emocional.
Muchas veces, confundimos el éxtasis sexual con amor, y de ahí que muchas parejas decidan mudarse juntos y jurarse amor para toda la vida en esos primeros meses donde el placer parece regir nuestras mentes. Sobre todo nosotros los hombres, que pensamos muchas veces más con la cabeza de abajo que con la de arriba, cometemos estupideces que luego pagamos muy caro.
Para muchos, el sexo es algo que puede suceder de forma muy casual, lo que llamamos un “One night stand” o sexo de una noche, pero para otros el sexo es una entrega que va más allá de la carne y llegan pensar que están enamorados al sentir una gran conexión con otra persona.
En el mundo gay en general, el sexo es muy importante, no porque en el heterosexual no lo sea, pero por diferentes motivos y sobre todo en el mundo de hombres gay, el sexo rige gran parte de nuestra vida. Y si, no podemos negar que es una maravilla el que podamos expresar nuestra sexualidad entre hombres sin tener que seguir los protocolos y coqueteos que se esperan de una pareja heterosexual que acaba de conocerse. Conocemos a alguien, nos gusta, queremos sexo, nos vamos a la cama, a veces sin saber el nombre de nuestro contrincante.
Pero a nivel emocional ¿tenemos la misma candidez?.
El sexo es fácil de conseguir en el ambiente gay, pero en el fondo todo el mundo quiere una pareja y muchas veces confundimos una buena cama con amor hacia otra persona. Y de ahí que muchas parejas se muden juntos en los primeros tres meses y antes del año se estén separando, y de ahí que parejas que llevan años juntos se separen pues uno de ellos piense estar enamorado de un tercero con el cual tuvo buen sexo, y de ahí la condena que nos echamos al cuello cada vez que tenemos sexo y lo confundimos con otra cosa.
El sexo es bueno, es divino, puede ser tan espiritual como físico, nos puede llevar al cielo como a las puertas del mismo infierno. Lo importante es estar claro, no sólo con uno mismo, sino con tu pareja sexual del momento en qué es lo que están haciendo. El sexo puede ser lo que tú quieras, desde la liberación de tu espíritu hasta la condena de tu futuro y presente, el sexo es poder del cuerpo sobre la mente y viceversa, pero como con todo poder viene una responsabilidad para contigo y con los demás.
Mi consejo: Disfruta de tus poderes sexuales, pero no dejes que te cieguen el camino a la verdadera felicidad.
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